Gusto y olfato
Cambios en la percepción de los sabores y los olores
© Stroke Association 2019. Reproducido por la Fundació Ictus con el consentimiento de la Stroke Association. No se puede utilizar con finalidades comerciales sin permiso. Publicado [mayo, 2020]. Más información
La disfagia hace referencia a los problemas para tragar. Los problemas con la deglución son muy frecuentes después de un ictus. Casi la mitad de las personas que han sufrido un ictus tendrán dificultades para tragar durante las semanas posteriores a la enfermedad.
La deglución es una tarea complicada en la que el cerebro coordina varios músculos que intervienen en el proceso de masticar y tragar. A veces el ictus puede dañar las partes del cerebro que se ocupan de estas funciones y provocar afectaciones sobre la capacidad de tragar.
En el hospital, hay que hacer una prueba para revisar la capacidad de tragar de la persona durante las primeras horas, antes de cualquier tipo de ingesta ya sea comida, líquidos o medicación oral. De modo que, si hay alguna dificultad, el equipo de ictus lo detecte rápidamente para evitar complicaciones. Sin embargo, los problemas no siempre son evidentes.
Algunos signos de disfagia son:
Cuando no se puede tragar con seguridad, los alimentos y las bebidas podrían entrar en las vías respiratorias y los pulmones. Esto se denomina aspiración y puede provocar infecciones y neumonías. Es por eso que es extremadamente importante identificar, lo antes posible, los problemas de disfagia.
También puede ocurrir que se produzca la aspiración, pero que los signos no se noten. En este caso se llama aspiración silente o silenciosa. Por todo estos motivos es necesaria la evaluación por parte de un profesional para comprobar que se traga de forma segura.
Los problemas con la deglución mejoran. La mayoría de personas que han sufrido un ictus pueden volver a tragar con seguridad durante las primeras semanas pero, en algunos casos, los problemas pueden durar varios meses. En algunos casos, las dificultades para tragar pueden ser a largo plazo.
Si tenéis problemas con la deglución, en el hospital recibiréis las primeras indicaciones para poder comer adecuadamente. Probablemente os visitará un logopeda que valorará la forma correcta de tragar y os explicará el tipo de alimentos más adecuados.
Por eso os pueden recomendar:
El personal de enfermería o logopedia os explicará exactamente qué alimentos son seguros para comer, os enseñará cómo hacer uso de los espesantes si se necesitan y os sugerirá cualquier otro cambio que crea que hay que hacer. Si la ingesta de comida y agua no es suficiente, su equipo de ictus puede indicar la colocación de un tubo o sonda para la alimentación. Esto significa hacer llegar los alimentos y líquidos directamente al sistema digestivo mediante un tubo.