Gusto y olfato
Cambios en la percepción de los sabores y los olores
© Stroke Association 2019. Reproducido por la Fundació Ictus con el consentimiento de la Stroke Association. No se puede utilizar con finalidades comerciales sin permiso. Publicado [mayo, 2020]. Más información
Los problemas de visión tras un ictus se producen como consecuencia de las lesiones cerebrales. Si la zona del cerebro que controla y recibe la información de los ojos está afectada por la enfermedad, esto puede provocar problemas con la visión. La existencia de problemas de visión -como cataratas o glaucoma- antes del ictus, se pueden añadir a la manera en que el ictus afecta la visión.
El campo visual es todo lo que se puede ver. La pérdida de campo visual significa que no se puede ver una sección del campo de visión, ya sea recto, hacia adelante o hacia los lados. Algunas personas pierden la visión de un lado de su campo visual, por lo que solo pueden ver la mitad derecha o izquierda de lo que miran. Esto se denomina hemianopsia. La pérdida de visión central se produce cuando está afectado el centro del campo visual. En este caso puede que no se pueda ver nada, o que solo se puedan ver las cosas de alrededor de donde se mira y no el centro.
A veces un ictus puede afectar la manera de controlar los ojos, provocando problemas de movimiento ocular. Esto puede dificultar el paso de observar una cosa a otra, o afectar la manera de juzgar las distancias entre objetos. Estos problemas también pueden provocar que el ojo se mueva constantemente de forma involuntaria y haga que parezca que los objetos se muevan. Esto se denomina nistagmo.
Un ictus también puede afectar la manera en que el cerebro procesa la información que recibe de los ojos y causar una serie de problemas. El más común es el abandono visual, que sucede cuando el cerebro no recibe información sobre lo que está viendo por un lado. Como consecuencia es posible que la persona no tenga en cuenta nada, porque no lo ve. Esto provoca que se pueda ignorar accidentalmente a la gente o incluso chocar con objetos por no darse cuenta de que están ahí.
Hay otras disfunciones visuales que pueden aparecer tras un ictus, como los ojos secos o la sensibilidad a la luz.
A veces los problemas de visión se pueden omitir. Por eso es importante consultar vuestro médico si notáis cambios después del ictus.
Al igual que otras consecuencias del ictus, los problemas de visión pueden mejorar con el tiempo, a medida que el cerebro se recupera. Tener problemas de visión puede llegar a ser agobiante. Pero, incluso en los problemas a largo plazo, hay mucho por hacer para adaptarse a los cambios.
Existen diferentes tratamientos para diferentes problemas de visión. Un óptico (especialista en atención ocular) o un oftalmólogo (médico especialista en enfermedades oculares) pueden proponeros diferentes opciones y aconsejaros los tratamientos más adecuados para cada caso.
La visión central y la pérdida de campo visual a menudo se pueden tratar con ayudas ópticas como lentes de aumento para ver más grandes las cosas, o lentes de concentración para ayudar a centrar la visión en áreas que no se pueden ver.
El uso de un prisma de plástico en las gafas puede ayudar a ampliar el punto de vista. A veces, los prismas, así como el uso de parches oculares, también pueden ayudar en problemas de movimiento ocular.
Además, se pueden aprender estrategias de compensación para afrontar o trabajar los problemas de visión. Si se ha perdido una parte del campo visual, el entrenamiento en la exploración visual puede ayudar a ser más consciente del lado ciego.
Después de un ictus, se debe hacer una revisión de la vista antes de intentar volver conducir, incluso aunque parezca que la vista se ha recuperado.
No se puede conducir con problemas de:
Los problemas visuales a largo plazo después de un ictus precisan de una revisión expresa para determinar de qué manera pueden afectar a la conducción y decidir si se puede volver a conducir.