Gusto y olfato
Cambios en la percepción de los sabores y los olores
© Stroke Association 2019. Reproducido por la Fundació Ictus con el consentimiento de la Stroke Association. No se puede utilizar con finalidades comerciales sin permiso. Publicado [mayo, 2020]. Más información
Un ictus puede causar problemas físicos y emocionales que pueden tener un impacto en vuestra vida sexual. Es muy común sentir que el ictus ha afectado y afecta vuestras relaciones sociales, también vuestra la vida sexual.
Hay varias motivos por los que se pueden tener dificultades para practicar sexo tras un ictus, como los cambios emocionales, los problemas de comunicación y la incapacidad física. Los problemas sexuales se pueden tratar, tanto si hay dificultades físicas como emocionales, hablando con un profesional de la salud, como vuestro médico de cabecera o un terapeuta. Es importante pedir información y consejo.
El ictus también puede provocar desequilibrios hormonales en la persona y que ello afecte a la erección en los hombres y en bajo deseo sexual en las mujeres. Esto sucede cuando el ictus afecta a partes del cerebro que se encargan del control hormonal. Pero las causas también pueden ser otras, como otras patologías previas como la diabetes, la epilepsia y las enfermedades del corazón.
Esta guía pretende explicaros los principales problemas sexuales después de tener un ictus. También ofrece información práctica y algunos recursos. De todas formas, os recomendamos que habléis con vuestro fisioterapeuta o terapeuta ocupacional, para que os dé información práctica.
El primer paso para tratar cualquier problema es hablar. Esto no es siempre fácil. Hablar de cuestiones como la falta de deseo, las erecciones o los orgasmos puede ser difícil, o podemos sentir vergüenza. Estos temas deberían tratarse siempre en pareja, aunque no se haya sufrido un ictus. Hablar y expresar abiertamente sus sentimientos puede ayudaros tanto en vuestra relación de pareja como a resolver problemas sexuales.
Muchas personas quieren consejo sobre sexo y relaciones sexuales después de un ictus y hay información disponible. Es importante conocerse y cuidarse a uno mismo. Intentad vivir una vida activa, cultivar hábitos saludables, que incluyan una dieta equilibrada y actividad física de forma regular. Esto puede mejorar vuestro estado de salud en general y vuestra vida sexual.
Algunas personas evitan las relaciones sexuales, porque piensan que puede causar otro ictus. Es cierto que nuestra presión sanguínea puede ascender durante el orgasmo, pero eso no quiere decir que sea más probable que en cualquier otro momento.
Hay una excepción rara para las personas que han sufrido una hemorragia subaracnoidea causada por un aneurisma, en la que la actividad física, como el sexo, puede potenciar un sangrado. Sin embargo si el aneurisma y los otros factores de riesgo, como la hipertensión y el tabaquismo, están controlados, su riesgo de sufrir otro ictus debería ser muy bajo. Es importante hablar con el médico de cabecera sobre el tratamiento que sigáis y pedirle información sobre el riesgo de otro sangrado.
La debilidad muscular física y la espasticidad (rigidez del músculo) pueden restringir vuestros movimientos y dificultar la postura durante las relaciones sexuales. Encontrar la posición adecuada forma parte del ensayo y el error. Esto no es nada malo. Al revés, pensad que puede ser una forma de explorar todo lo que podéis llegar a hacer en la cama. Puede que os sea más cómodo tumbaros de lado. Si tenéis hemiplejia de un lado puede que estéis más cómodos estirados del lado afectado, para así tener más fuerza con el brazo libre. El uso de la lubricación durante el sexo puede ayudaros a reducir el dolor y mejorar vuestro placer.
La espasticidad también puede causar dolor muscular y afectar el placer durante el sexo, pero hay tratamientos médicos que lo reducen. Si estáis tomando medicación para el dolor puede intentar hacer coincidir los momentos del día en que os encontréis mejor, gracias a la medicación, para tener relaciones sexuales.
El ictus también puede haber impactado en la pérdida de sensibilidad al tacto. O al revés, puede haberla incrementado y que experimentéis sensaciones dolorosas como pellizcos o pinchazos agudas.
El cansancio y la fatiga son problemas muy comunes después de un ictus. Si el ictus ha afectado la movilidad, las tareas diarias más simples que antes hacíais normalmente ahora pueden ser agotadoras. El cansancio y la fatiga son quizás los problemas más complicados, ya que no os permiten hacer actividades con las que disfrutabáis antes de sufrir el accidente, incluyendo el sexo. Si estáis cansados, intentad tener relaciones sexuales por la mañana o en el momento del día en que os sintáis con más energía.
La incontinencia urinaria también puede ser una fuente de preocupación o de vergüenza, y una de las causas por las cuales vuestra pareja quiera evitar mantener relaciones sexuales. Llevar catéteres también dificulta a nivel práctico las relaciones sexuales.
Si tenéis problemas de incontinencia, intentad orinar antes de mantener relaciones sexuales. Para sentiros más seguros podéis proteger la cama con un plástico. Si lleváis catéteres, vuestro médico o personal de enfermería os pueden enseñar a sacarlo y ponerlo. También os pueden facilitar una válvula que os permita sacar la bolsa del drenaje durante las relaciones sexuales.
A las mujeres, les puede ser útil engancharse el catéter a un lado de su cuerpo con esparadrapo de papel. A los hombres les puede ayudar doblar el catéter y colocarlo en el largo del pene aguantándolo con esparadrapo de papel o bien con un preservativo.
El ictus puede cambiar nuestra vida de muchas formas. Podéis sentir que habéis perdido vuestro independencia, o que vuestras relaciones de pareja o con la familia ya no son iguales.
El ictus puede haber dañado partes de vuestro cerebro relacionadas con las emociones y esto puede conllevar problemas de control de emociones. Algunas personas tienen dificultad para controlar su estado de ánimo, por eso están constantemente enfadadas o irritables. Esto puede dificultar aún más mantener relaciones sexuales.
Es normal sentirse desanimado o deprimido tras un ictus. Esta sensación puede provocar una pérdida de interés en el sexo. Son pocos los casos en que la persona está desinhibida y tiene más deseo sexual. Esto puede hacer que su conducta cambie y que empiece a hablar abiertamente sobre su deseo o temas relacionados con sexo. Esto puede inquietar y avergonzar a su entorno. Es un problema difícil de tratar, pero es importante poder compartir esta situación con vuestro médico de cabecera, que os ofrecerá consejo o os derivará a un especialista.
Probablemente, el ictus cambiará radicalmente vuestra vida y la de quienes os rodean. En el caso de las relaciones de pareja, vuestros roles pueden cambiar o alterarse por culpa de la enfermedad. Hay que darse un tiempo para aceptarlo y acostumbrarse. El hecho de que vuestra pareja sea vuestro principal cuidador también puede afectar a su relación. Sufrir un ictus afecta a la confianza y autoestima y puede provocar inseguridad.
Hay personas a las que les cuesta hablar de sentimientos o se hacen las fuertes para intentar apoyar a la otra. Pero no hablar de estos sentimientos y de estas sensaciones puede generar tensión y resentimiento en la pareja. Por ejemplo, puede que uno de los dos tenga ganas de tener relaciones sexuales mientras que el otro ha perdido el interés. Si no se resuelve, esto también puede ser una fuente de tensión. La pareja debe intentar hablar abiertamente de sus sentimientos. Un primer paso es escucharse el uno al otro para mantener una relación positiva y sana de pareja.
Si no tenéis pareja, un ictus a veces puede ser un problema añadido para encontrar una nueva relación. Por ejemplo, puede ser difícil si tiene problemas de movilidad y de comunicación. El ictus puede afectar a su confianza y autoestima. Sin embargo, muchas personas establecen relaciones felices y sanas después de un ictus.
Hablad con vuestro pareja sobre las cosas que encontréis difíciles e intentad encontrar una forma para que puedan ser más fáciles. Decidle cómo os sentís y escuchad lo que vuestra pareja os tenga que decir.
Os podéis sentir inseguros al sacar el tema del sexo, pero mantener una conversación honesta sobre sus miedos y dificultades es el primer paso para poder hacer cambios. Encuentrad el momento para hablar de ello, cuando nadie os tenga que interrumpir y elegid un lugar donde os sintáis cómodos y seguros. A menudo es más fácil hablar de sexo cuando no estáis en vuestra habitación, así evitáis estar bajo presión. Haced turnos de palabra y escucharos el uno al otro con atención.
Hablar de nuestros sentimientos es siempre difícil, incluso con una persona cercana. Por lo tanto, puede ser provechoso pedir y recibir consejo de un profesional. Recibir consejo profesional sobre vuestra relación de pareja os permite tener un espacio seguro donde podáis hablar abiertamente de las dificultades en las que os encontráis. Podéis recibir consejo profesional individualmente o en pareja. Si tenéis pareja podéis elegir si preferís recibir consejo de forma individual o acompañados. Normalmente, el profesional os hará preguntas a uno y otro, para que expliquéis qué os pasa y expreséis vuestros sentimientos.
La terapia sexual puede ayudaros a focalizaros en el ámbito físico de las relaciones sexuales. Un terapeuta sexual os puede ayudar a lidiar con los problemas y a encontrar soluciones que os puedan ayudar a los dos. En una terapia se trabaja hablando y el terapeuta os puede hacer sugerencias de cosas que podéis intentar hacer en casa.
Si tenéis problemas de comunicación, como afasia o disartria, decidselo a vuestro logopeda y a vuestra pareja. Así podréis encontrar un camino para comunicaros el uno con el otro. Puede ser difícil pero intentad ser pacientes, todo va mejorando con el tiempo y así encontraréis una manera de poder expresar lo que queráis el uno al otro.
Si os sentís anímicamente desanimados o deprimidos, hablad con vuestro médico o cualquier profesional sanitario, ya que hay varias maneras de ayudaros. Vuestro médico de cabecera os recomendará hacer terapia. En terapia tendréis el espacio y el tiempo necesarios para hablar libremente con un profesional de temas difíciles, como el sexo.
Los antidepresivos a menudo también ayudan. Pero hay medicación que puede disminuir la libido. En el mercado existen diferentes tipos de medicamentos antidepresivos y, por tanto, podéis intentar probar cuál es el que os va mejor, siempre bajo prescripción médica. Por eso es importante compartir con vuestro médico de cabecera estas experiencias y cualquier problema que tengáis.
Pocas personas tienen ganas de tener relaciones sexuales cuando están tensas o con ansiedad. Por lo tanto, si os sentís así es aconsejable que os déis tiempo para estar mejor antes de intentarlo. Elegid con vuestra pareja un momento en el que ambos os sintáis relajados y sepáis que nadie os molestará. Demostrar afecto y estima el uno por el otro es muy importante. Cada pareja tiene su propia manera de hacer las cosas. Se puede comenzar dando abrazos, bañándose juntos o simplemente lanzando un piropo a su pareja.
Sobre todo recuerdad que cuando tenéis relaciones sexuales no se debéis actuar. No hay triunfos ni fracasos y no tiene porqué ser siempre perfecto. Recuerdad que hay muchas formas de expresar vuestros sentimientos y sentiros cercanos con la otra persona. Podéis empezar por redescubrir el cuerpo de vuestra pareja sin querer llegar necesariamente al orgasmo. Mucha gente siente placer con las caricias, los besos o con un masaje.
El Departamento de Salut de la Generalitat habla del 'petting' en su web. El 'petting' es practicar sexo sin penetración. Se refiere a la estimulación con caricias, besos, abrazos y masturbaciones mutuas que nos lleva al conocimiento propio y al de nuestra pareja.
Es muy recomendable practicar 'petting' antes de tener relaciones con penetración, así descubriréis juntos el placer. Os aconsejamos tiempo y paciencia. El 'petting' os puede servir después de un ictus para redescubrir a su pareja.
Cuando una mujer se excita, su vagina debería estar naturalmente hidratada y lubricada. Si esto no ocurre, mantener relaciones sexuales puede ser molesto y doloroso.
Los principales tratamientos a probar son:
Si los hombres tenéis problemas para tener o mantener una erección es importante que habléis con vuestro médico de cabecera. Los problemas de erección pueden ser un indicio de otros problemas de salud como problemas cardíacos, de hipertensión o diabetes. Vuestro médico de cabecera podrá ayudaros a tratar los síntomas que os están causando estos problemas. Os podéis sentir cohibidos al hablar de estos temas, pero pensad que pueden ser vitales para vuestra salud.
Si el problema de erección es consecuencia del ictus, a continuación os detallamos algunas soluciones prácticas y tratamientos disponibles.
Algunos cambios, como perder peso, si tenéis sobrepeso u obesidad, dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol pueden ayudaros a mejorar vuestros problemas de erección. Estar activos, hacer actividad física, reducir el estrés y tratar los síntomas de la ansiedad y la depresión también pueden ser beneficiosos.
La medicación llamada Phosphodiesterase-5 (PDE-5) es un inhibidor que hace aumentar temporalmente el flujo sanguíneo en el pene. La marca más conocida es la Viagra, pero hay otras como Cialis, Levitra y Spedra. De todas formas esta medicación debería evitarse hasta tres meses después de un ictus y una vez tengáis la tensión arterial regulada. Consultadlo siempre antes con vuestro médico.
No podéis tomar este tipo de medicación si tenéis problemas cardíacos, la tensión baja o estáis tomando medicación para hipertensión. Tampoco la podéis tomar si tenéis riesgo de priapismo (erección persistente), erección dolorosa, o erecciones de larga duración que pueden tener los hombres con anemia de células falciformes.
Los efectos secundarios de estos medicamentos puede causar dolor de cabeza, náuseas y erupciones cutáneas.
La bomba de vacío es un tubo de plástico transparente que se coloca sobre el pene. Este tubo está conectado a una bomba que crea el vacío. En presión, el aumento de la presión sanguínea puede provocar la erección. No se debe hacer uso de la bomba de vacío si se está tomando medicación anticoagulante, como por ejemplo warfarina. Como siempre, consultad antes con vuestro médico.
El alprostadil es una hormona artificial, a menudo en formato de pastilla que se inserta en la uretra, el conducto que lleva la orina desde el riñón en el pene, mediante un aplicador especial. Esto hace que incremente el flujo sanguíneo en el pene produciendo una erección al cabo de entre cinco y quince minutos. El alprostadil también está disponible en dosis inyectables.
Este medicamento no se puede utilizar si se padece de priapismo, erecciones prolongadas o anemia celular falciforme. Como siempre, consulte antes con su médico. Los posibles efectos secundarios de este medicamento son bajada de presión y mareo.
Si sospechais que la medicación está interfiriendo en vuestra vida sexual hablad con vuestro médico de cabecera. Tal vez os cambió la medicación pero, nunca la cambieis o la dejéis de tomar sin haber hablado previamente con vuestro médico.
Es importante hablar con vuestro médico de cabecera o vuestro ginecólogo, para que os informe sobre los anticonceptivos disponibles y cuál es el adecuado en vuestro caso.
Las mujeres que han sufrido un ictus isquémico o un ictus transitorio (AIT), probablemente no podrán tomar píldoras anticonceptivas orales. Los anticonceptivos orales contienen estrógenos que aumentan el riesgo de formación de coágulos. Los implantes anticonceptivos, los parches y los sistemas intrauterinos (IUS) también contienen hormonas, aunque algunos no tienen estrógenos. También existe la opción anticonceptiva no hormonal como el preservativo, la copa anticonceptiva o los dispositivos intrauterinos (DIU).
Tanto los IUS como los DIU son dispositivos anticonceptivos en forma de T, de unos 3 centímetros de longitud, que se colocan en el interior del útero. Un DIU está hecho con cobre y no contiene ninguna hormona, mientras que el IUS libera una pequeña cantidad de la hormona levonorgestrel directamente en el útero.
Para evitar enfermedades de transmisión sexual, se tiene que utilizar preservativo femenino o masculino. Para el sexo oral podéis utilizar el preservativo o el cuadrado de látex. Los hay con sabor a menta, vainilla o baya, y por eso se utilizan para evitar la transmisión de virus y bacterias durante el sexo oral. Si utilizais preservativos no utilicéis lubricantes o cremas, ya que puede hacer que el preservativo se rompa.
Hay un chat y un buzón de correo electrónico disponible para consultas a un profesional. Incluye los siguientes apartados: casal LAMBDA, la contracepción de urgencia, los métodos anticonceptivos, el abuso, el acoso y las agresiones sexuales, el acoso virtual, las infecciones de transmisión sexual, el embarazo, la afectividad y la sexualidad. A pesar de estar dirigido a la gente joven, la información que incluye puede ser útil a cualquier edad.
http://sexejoves.gencat.cat/ca/inici/
Incluye apartados como la pastilla del día después, afectividad y sexualidad, métodos anticonceptivos, infecciones de transmisión sexual, agresiones sexuales, y recursos de apoyo y ayuda.
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